martes, julio 21, 2015

Corazón orfanado a la blasfemia

Para An, en casi una década


Cuando llegan las fechas que el olvido señala
me invade la inquietud que teme a las sirenas:
¿sabré expresarme
o me devorarás antes de que pueda ni intentarlo?

A menudo la respuesta ha sido no
y me abduces infiltrando tus cabellos en mis capilares

-horma que no consigue apaciguar al viento,
sello que no confina las ideas,
descripción que no consigue ser paisaje,
amor que, como el herpes, reaparece-

para hacerme brillar como si fuera oro
hasta el que mar turquesa
me invade por tus ojos
con su marea que convierte en hábito
la reconstrucción de los vestigios
que andan orfanándose a sus causas
en la maraña que, el despertar,
entreteje a la blasfemia.








2 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

un Nocturno de Chopin habría sido aún mas contundente para una Latrodectus corallinus.
Igualmente dolorosamente bello...

1/8/15, 3:45  
Blogger Carz dijo...

Cuando repaso la letra de los nocturnos -nunca borré tu actitud volcánica- me doy cuenta de que carecen de ella. No se puede hilvanar al cataclismo, siempre revienta por las costuras.

Un gran beso desde tu oeste.

2/8/15, 4:52  

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