De roces y de cráneos
Me desaliño con desgana
cuando antes me arruinaba con barrancos.
Aparezco en amarillo o en epílogos
o en edición limitada a suscribientes,
aparezco en pecios y naufragios
como último estado del destino,
o alimento a las piedras con mi calcio.
Sé a mar entre la arena
o a flor que naufraga entre desiertos,
aspiro con versos calaveras
y lloro al rozarlas con el cráneo
y sonrío al saberlas primaveras:
en este no estar habrá descanso
cuando fluya olvido por las venas.