Inexhalar el aire,
adherirlo,
inundar de sangre los alvéolos
para recombinar oxígeno.
              Comburente.
Inexpresar el grito,
detenerlo,
comprimirlo
para tragarlo como un foso.
              Superficie.
Observarte de perfil
tras la ventana,
detenerme a imaginar
y deslumbrarme.
              Hermosura.
Luego entras, y me miras,
y me susurras que estoy escribiendo de cabeza,
y sonrío.
              Un abrazo.
Ya lo sabíamos, me dices,
y te digo que era improcedente
y te digo que saberlo era innecesario.
              Un perfume.
Inexpresar el aire,
comprimirlo,
y llenar de besos las amígdalas
como quien siembra girasoles.
              Recomponer la vida.
Una noche estrellada de verano,
un pastel de maría con algo de galletas,
nosotros desnudos como un mito.
              Una ventisca.
No, no amo más desde la ausencia.
No, no pesa más lo recordado,
al contrario, asusta menos.
Es inmenso e inmediato el trasiego de los poros.
              Tus partículas.
Recomponer la vida,
inexpresarla
deshilachar del tiempo su uniforme
para dormir al raso.
              Devolver al viento sus rumores.
Dancing Backwards (fragmento editado), Jami Sieber.
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