viernes, octubre 09, 2009

De hombrecitos y ratones

Levantar la vista para vencer al miedo,
mirar al horizonte para sentir terror.
Y, luego, dar un paso. Y otro.

Enfrentar al miedo tiene su recompensa:
morir o sentirse libre
¿cabe la duda, acaso?


El perpetuo retorno desde lo que ya no se es hasta lo que aún no se ha sido: un bajo continuo en las entrañas que describe órbitas que no orbitas y aún no conocemos (hasta cerrar los ojos, sumirme entre tus pechos sin que tu corazón se apiade).

De niño, marcaba el tiempo con tiza. "Estos minutos blancos fueron míos", decía al verlos a lo lejos. Volverán, qué duda cabe, sólo marco los perdidos, los que quedaron vacíos de sustancia, como dices que te sientes tú si no me tienes dentro. Y ese "dentro" abarca tantas cosas que parece perder todo sentido lo que no es puro sentimiento (alguna sensación también nos roza, esa frontera entre tu piel y toda esta nada inmensa).

Y, entre tanto, vuelve el bourbon a hacernos de las suyas, vuelve el sabor a sangre a reñir con nuestras lenguas:

- Sabes dulce, no sufres demasiado.
- Eso no me lo dices con las bragas puestas.



      Julien Et Barbara (BSO de 2046), Deierue Georges

5 Comments:

Blogger Laluz dijo...

Para vencer al miedo
te aliaste con el miedo,
lo hiciste tuyo,
te amparaste en su turbia compañía.
Librarte de él hubiera equivalido
a renunciar a la esperanza,
y eso jamás lo hiciste.
Aunque bien sabías
que es la esperanza la que engendra el miedo.

Ángel González


Un abrazo,

9/10/09, 8:59  
Blogger Luzamarga dijo...

¿Quién dijo miedo?.

Ni Sísifo puede venir a darme lecciones. Aún sin tiempo.Aún sin horizontes. Aún sin bragas. :)

Mis besos.

9/10/09, 12:56  
Blogger ybris dijo...

Desde el ya no al todavía no es el trecho que media en el abismo de lo imposible a lo posible.
Vacío, en todo caso.
O, quizás, el sentimiento fronterizo de la necesidad de sentirse dentro.
Ciertas cosas sólo pueden sentirse desnudos.

Abrazos.

10/10/09, 5:49  
Blogger gaia07 dijo...

Si consigues dar un paso, uno solo, ya no hay terror y miedo a no ser.
Hay, el instante agonizante último, antes de ser consciente de no haber sido.

11/10/09, 19:23  
Blogger Edu Solano Lumbreras dijo...

De hombres y ratoncillos, ratas salidas del laberinto que ya no saben cómo se camina sin paredes.

Y si se venció el miedo y se salió indemne se conquistó ya la libertad, entonces. Y desde esa conquista se puede dar un paso y otro aunque sea en pos del terror.

Creo que fue a Antonio Porchia que le leí:

"Abro una puerta, entro
y me encuentro con cien puertas cerradas"

Es muy católico (en el mal sentido) eso de supervalorar el sufrimiento.

Y te lo escribo todo con las bragas puestas. Que sí que eres dulce, valiente.

14/10/09, 9:44  

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