viernes, febrero 06, 2009

El libro del desasimiento VII

A menudo jugamos en el laberinto del desasimiento, jugamos a ser histriones de la frivolidad porque no queremos asumir que estamos siendo profundamente afectados por una incipiente relación, amagamos la hondura para no caer en la cursilería: hasta ese punto llegamos a ser cobardes para parecer valientes, hasta ese punto huimos para evitar la herida o la burla, porque nos han enseñado que el dolor es cosa de estúpidos o de enfermos, pero afrontar el dolor es el mayor ejercicio de libertad, quien no teme al dolor no teme a nada, nadie tiene poder sobre su voluntad.

Por añadidura, el juego de la frivolidad tiene sólo dos recompensas: el vacío o las lágrimas. Y, aunque pueden repartirse de cualquier forma, hay un resultado especialmente absurdo en el que “ambos” (en realidad debería escribir “todos” para incluir una relación multilateral) acaban en lágrimas, acaban en lágrimas porque ambos han sentido miedo, ambos has sido cobardes para parecer valientes, ambos han querido evitar la herida y por eso han resultado aún más dañados.

Aunque, bien pensado, todo esto ya nos lo dijo Antonio Machado...

HUYE DEL TRISTE AMOR, AMOR PACATO...

Huye del triste amor, amor pacato,
sin peligro, sin venda ni aventura,
que espera del amor prenda segura,
porque en amor locura es lo sensato.

Ese que el pecho esquiva al niño ciego
y blasfemó del fuego de la vida,
de una brasa pensada, y no encendida,
quiere ceniza que le guarde el fuego.

Y ceniza hallará, no de su llama,
cuando descubra el torpe desvarío
que pedía, sin flor, fruto en la rama.

Con negra llave el aposento frío
de su tiempo abrirá. ¡Despierta cama,
y turbio espejo y corazón vacío!

7 Comments:

Blogger Laura Escuela dijo...

y los que buscan el dolor como forma de vida sufrirán un exceso de libertad?
Me gustaría saber cómo se vive un exceso de libertad, si es que puede existir o tiene sentido.
Carz, mijo, espero que estés mejor.

Un besazo grande

6/2/09, 10:26  
Anonymous Anónimo dijo...

Sí, así es, me da la impresión de que a veces nos refugiamos en esas sensaciones, sin querer o queriendo.
Cuando el amor se prensenta loco, sería cuestión de no pensar demasiado en cómo actuar, qué sentir ni buscar agarraderos de emergencia, sólo vivirlo y ver qué sucede después ya que los factores del "juego" nunca se cococen de antemano y al final, pues queda final, lágrimas, vacío, nada o todo...a saber.
Besos desparestesiadores.

6/2/09, 11:56  
Blogger Carz dijo...

No, Laura, no es eso lo que quería decir. Quien busca el dolor como forma de vida es un masoquista (y no tengo nada en contra de esa opción). La tesis que mantengo en este post es que debemos actuar ignorando el posible dolor que vendrá después, o la sensación de estúpido que sobrevendrá más tarde, actuar no desde un (falsamente) previsible futuro, sino desde un deslumbrante y táctil (por inmediato) presente.

Siempre es un placer tenerte por aquí. Y bienvenida de nuevo a este mundo. Y sí, voy mejorando, lenta pero inequívocamente.

Un besazo grande, grande.

6/2/09, 16:12  
Blogger gaia07 dijo...

El miedo lo provoca el desconocimiento. El dolor es compañero, es aviso, es consecuencia, es necesario.
La capacidad de convertirse en librepensador en esta sociedad es un esfuerzo importante, que compensa al reconocer la diferencia entre una vida estéril y una plena.
Aprender con Machado es un privilegio, y leerte un acierto.
Seré ridícula ahora, me has provocado un beso.

6/2/09, 18:57  
Blogger ybris dijo...

Eso tiene la frivolidad:
o vacío o lágrimas.
Quizás también el placer de resbalar sobre todas las honduras.
Es la sensatez de la locura del verso de Machado.

7/2/09, 6:26  
Blogger La paciente nº 24 dijo...

Veo a veces el dolor entrar en los días con la velocidad que un tren entra en cualquier túnel o a la velocidad de una hormiga, siempre es el miedo el que marca su ritmo no los raíles. El relieve de una parada a lo lejos y la inocencia de una tarde lo detiene. Recojo la maleta, con las manos llenas de aire. Me bajo. Y siempre comienzo, tímidamente, el camino.

8/2/09, 18:53  
Blogger Hipatia dijo...

Mi querido paisano:
Encuentro en tu reflexión algo de mi mentalidad de principiante, cuando al novato que vive y piensa todavía no le hieren los complejos ni le envejecen los prejuicios. Tienes razón, amigo mío, es libertad.
He leído por ahí arriba que te vas recuperando despacio, así que te dejo una colección de buenos deseos.
Cuídate mucho.
Te mando un cálido beso, desde la Enterprise.

14/2/09, 20:56  

Publicar un comentario

<< Home