viernes, noviembre 28, 2008

Dolor emocional (II)

Digan lo que digan, es fácil reconocer una equivocación. Y hasta es fácil prerreconocerla.
Cuando se pasan los efectos hilarantes del hachís y del alcohol sólo queda turbiedad, el buen bebedor debe despedirse y debe hacerlo sin diplomacia (para algo llegó la turbiedad). Porque la turbiedad facilita la no equivocación, porque la turbiedad despeja al entendimiento del cielo protector de lo conveniente: lo que un borracho sabe que desea puede resultarle superfluo cuando deja de estarlo (borracho).

Y cuando deja de estarlo, se convierte en alguien parecido a ti. Pero parecido a ti ahora que tienes tiempo, y que buscas conversación en estas palabras o, tal vez, algún tipo de iluminación, o de redención. Pero no te equivoques, el Sahara sigue siendo un desierto y tú (o sea yo), apenas llegas a ser un grano de arena.

Arrastrado por la corriente de los días, uno puede abandonarse, o puede escribir todo esto que llegan a leer los granos de arena, o puede esperar a una racha de viento que venza a la cresta de la duna y lo transforme.

Pero en el preciso momento en el que uno abandona la diplomacia, tú te quedas fuera, quedas en el la frágil geometría de un caleidoscopio o en las garras de astracán de la supervivencia.



Caleidoscopio

Hoy ha sido una noche productiva
en incestos, en astrolabios:
entreabiertas las estrellas
me miran con furor de orgasmo.
En un rincón perdido
entre tus dientes
astilla soy de espejo.

Inconsecuente.


Astracán

Reflejo la luz como una esponja.
El agua la retengo como espejo.
Sístole de un latido ciego
y, ciego, observo los reflejos.

Astracán sin garras
muerto sin duelo,
la maldición nunca fue excusa
como tampoco lo es decir “no puedo”.
Deja que te bese
como se abre a un cuerpo.

8 Comments:

Blogger Luzamarga dijo...

La noche fue tan improductiva como suele. Apenas cuatro letras que murieron nada más terminar de escribirlas. Luego la planicie inmensa de lo que no suena, de lo que no tiene palabra con la que hacer necesario el aire.

Quedo entonces sola ante mis ruidos internos. Ahí si reescribo lo que siento, lo que quiero, lo que requiero.

Así puedo hacer dibujos geométricos
con mis cristales rotos, darles todo el espectro de la luz, la consistencia del todo; e incluso hacerlos bellos.

Mis besos.

PD:(Claro que dejo que me beses: necesito que remuevas ese lugar donde estás clavado en mis encías)

29/11/08, 11:07  
Blogger UMA dijo...

El dolor emocional siempre abre las puertas de otra realidad.
Hay que dejar el hachìs, porque junto al alcohol, por màs que lo neguemos, distorsiona gravemente la visiòn.
Mi madre tiene un tapado de astracàn...y lo detesto:)
Quedate clavado a aquellos besos ya dados y a los orgasmos que bien has disfrutado, pero no olvides que con la mirada clara se abren nuevos caminos alternos.
Un abrazo Carz

29/11/08, 13:51  
Anonymous Anónimo dijo...

Pasaron los efectos del alcohol y del hachís y no apareció turbiedad alguna.
Nada, no consigo convencerme.

Quizá existe el limbo.
Quizá alimentando el alma ,con o sin turbiedad,compruebas que lo que te sostiene está mas allá de ti.En ti.
En realidad todos los desiertos conducen a Roma,y muchos granitos de arena forman una montaña.

A veces uno tiene que abandornarse para volver a encontrarse,no esperar que la vida pase,si crear las circunstancias para que la vida te pase.
Procurando no nos pase lo que al asno de Buridán.

Noches así ,hacen la vida mas bella.
Gracias !
Saludos Carz.

29/11/08, 14:49  
Anonymous Anónimo dijo...

Pasaron los efectos del alcohol y del hachís y no apareció turbiedad alguna.
Nada, no consigo convencerme.

Quizá existe el limbo.
Quizá alimentando el alma ,con o sin turbiedad,compruebas que lo que te sostiene está mas allá de ti.En ti.
En realidad todos los desiertos conducen a Roma,y muchos granitos de arena forman una montaña.

A veces uno tiene que abandornarse para volver a encontrarse,no esperar que la vida pase,si crear las circunstancias para que la vida te pase.
Procurando no nos pase lo que al asno de Buridán.

Noches así ,hacen la vida mas bella.
Gracias !
Saludos Carz.

29/11/08, 14:49  
Blogger Cecilia Sainte-Naïve dijo...

Sólo los ojos fijos, la expresión de un amago de empatía, pero no, no era tan mayor como pensaba y no entiende, aunque el dolor que está contemplando también le arañe.

Un abrazo, carz, muy fuerte.

30/11/08, 1:00  
Blogger Hipatia dijo...

Quizá la turbiedad sea un efecto dentro de otro mucho mayor. El desierto no siempre fue así; no hace tanto que era un vergel, que puede volver.
Cómo me ha gustado el poema del astracán.
Hoy, un suave abrazo, paisano.

30/11/08, 12:13  
Blogger La paciente nº 24 dijo...

No. Un desierto no es más que una reunión de granos de arena. O sea tú. O sea ellos. O sea ellas. O sea yo. Un desierto no es más que un accidente o nueve. El desierto no existe más que para los ojos que no ven arenas, granos, semillas de desiertos. El sol es la fiebre, la ceguera. Lo importante del desierto, son esas ramitas que se asoman, ese agua que se esconde, esa arena que lo forma. O sea tú. O sea ellos. O sea ellas. O sea yo. El viento no transforma; erosiona, remueve; arriba, abajo, izquierda, derecha, y el grano de arena gira, se pierde, se encuentra, cae, se eleva. O sea tú. O sea ellos. O sea ellas. O sea yo.

No te doy abrazos, ya tienes muchos. Un viento favorable, un grano de arena

30/11/08, 13:47  
Blogger G. dijo...

Sólo acepto ser grano de arena si puedo ser un grano de arena muy decidido. De los que pueden navegar contra la marea sin que nadie se de cuenta, silbando y mirando hacia arriba.
Un beso carz.

1/12/08, 9:47  

Publicar un comentario

<< Home