lunes, junio 09, 2008

De amenazas y epitafios

Amenaza la lluvia
pero, acaso,
sea la humedad
quien nos enturbia.

Hendidos los ojos
y vencidos
como la balanza
vence contra el peso:
ocaso de relojes
y de vientos,
alborada de amores
y estertores,
la fiebre campa
en los temores
y escampa la niebla
con la brisa.

Sea la escarcha
bienvenida,
mal hallado sea
el ritmo extemporáneo,
el furor de los frutos
y las iras,
uvas que alcohol
a tanto vino ha dado,
sangre en las venas,
rumor en las mañanas,
antiguas y negras
letras de epitafio.

4 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

"En esos prados donde
dejóse y olvidóse hay crecen
inviernos y el vacío. El vió
ciervos de aire cruzando
su sed de amor.
Esos flujos de sombra que arde
tan lejos, don San Juan, interrogaban
lo que no es porque no es.
Es la única forma de vivir,
padre dulce, insaciable.
El agua que no has de beber
moja la mano que te escribe."

9/6/08, 4:17  
Blogger Ego dijo...

"Te dejo.
En sentido figurado".

Eres la primera persona a quien le cuento cómo quiero que sea mi epitafio.

Sea la escarcha bienvenida...

10/6/08, 0:45  
Anonymous Anónimo dijo...

algunos epitafios son más bellos que la existencia que los inspiró...
qué lúgubre, no?

10/6/08, 7:44  
Blogger ybris dijo...

Debe de ser la humedad la que enturbia.
Y nos conjuga amores con estertores.
Fermentaciones con epitafios.
Siempre me gustó la lápida de Groucho:
"Perdonen que no me levante"

Abrazos

10/6/08, 8:55  

Publicar un comentario

<< Home