Perder es una cuestión de método
No me irrita ni preocupa.
Perder es una cuestión de método.
Luis Sepúlveda
Al ver fechas me es imposible no evocar mi estado por los sucesos acontecidos, microsucesos que sólo afectan a un número muy reducido de personas pero que tienen la facultad de ahormar un mundo, mi mundo, y también aumentan el grado de empatía al reconocer el dolor: hay muchos tipos de adioses y distancias, muchos tipos de nostalgias y melancolías, pero creo que todos ellos causan el mismo tipo de dolor.
Las casualidades consiguen alzarnos por un instante que suele ser breve, nos reconvierten en nosotros cuando creíamos ser unos advenedizos y nos demuestran que aún era posible salir del yo para compartir un vital nosotros. Y si alguna vez ha sucedido así no tiene por qué no repetirse. Ése es mi credo en este tiempo en el que me pregunto dónde ha quedado la atmósfera compartida enmarañada en versos, en respiraciones, en tactos, en deseos o solamente en sueños y la respuesta es tan sencilla como aparentemente inútil: donde no habita el olvido.