jueves, octubre 04, 2007

De proscritos y éxodos

No voy a entrar en disputas.
Cierro los ojos y la imaginación proyectada desde la memoria nos salvaguarda.
Una vez en paz, las palabras entonan una canción que podría ser antigua,
porque me la dicta el tiempo que aún no he vivido.



El silencio amplifica la existencia.
Tanto, que es difícil verlo
en un segmento de vida,
en un vacío repleto.
Alineadas las horas en instantes convulsos
a menudo proscriben los minutos conversos:
un éxodo del yo acaba definiéndonos,
en un devenir preciso y confuso
-como el beso que se añora y también que se teme-

Donde habito
ya nadie pervive,
y, si pudiera,
sería emigrante.

2 Comments:

Blogger ybris dijo...

No me extraña que quieras emigrar del desolado espacio en que te sientes.
Pero tengo para mí que tienes razón en que el silencio amplifica la existencia hasta el extremo en que uno llega a perder la percepción del todo.
Quizás excepto la añoranza y el temor de ciertos besos.
Desde luego yo veo tu existencia gigantesca.

Un abrazo, Carz

4/10/07, 7:38  
Blogger Leuma dijo...

Imagino que sí, que emigrarías a Éfeso, :). A veces esa sensación de soledad, de que nadie ya está aquí salvo nosotros mismos que tb nos iríamos, es beneficiosa para conocerse y saber qué hay realmente sin otras influencias, claro que puede ser dura y difícil de llevar, Un beso grande

4/10/07, 20:21  

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