domingo, agosto 19, 2007

Aprendizaje

La realidad no deja de ser una construcción mental por abatimiento.
La aceptamos como tal sólo cuando nos sentimos impotentes para cambiarla.

La melancolía es un campo abonado para la reflexión y, ésta, sólo es un intento de aligerar el peso sobre la consciencia cuando nos inquieta la respuesta a la pregunta de si podríamos haber hecho más. En el fondo es una candidez, pues siempre se podría haber hecho más, siempre cabía dar un golpe de tuerca en el tornillo sin fin que es el ejercicio de la autocrítica, siempre se puede imaginar un retorno, cambiar un ligero hecho y dejar que el efecto mariposa haga su labor: un ligero cambio de contorno en un problema mal condicionado produce resultados imprevisibles. No lo digo sólo yo, me apoya la teoría del caos, o mejor, yo me apoyo en ella para afirmarlo. Como conclusión sólo cabe decir que somos el producto de una cadena de casualidades y, aunque no seamos conscientes de ello, somos descendientes de los primeros seres vivos del planeta por la sencilla razón de que estamos vivos (sencillo e improbable son conceptos distintos, era muy improbable que naciéramos, pero ha resultado sencillo).

Nuestra vida es un conjunto de náuseas sartreanas, un abrir puertas que impiden que otras se abran. Así nuestra vida es un camino en un grafo que tiene forma de árbol exponencial irregular, un camino que teóricamente debería maximizar la felicidad, pero que carece de medida en su evaluación y en el que no se puede realizar un retroceso a ramas anteriores para recalcular el camino. Todo esto nos lleva a concluir de forma inapelable que la vida es un problema irresoluble pero que siempre se ultima, lo cual no deja de ser una bendición y una desgracia.

Así, carece de sentido la pregunta: ¿si hubiera hecho esto?¿si hubiera actuado de esta manera? pues la respuesta es incomputable, no porque sean infinitas las posibles conclusiones, que no lo son si asumimos un tiempo de vida finito, sino porque no hay forma de evaluar las distintas posibilidades. El lector avezado se habrá percatado de que acabamos de dejar sin sentido a los remordimientos como proyectores de futuro, sólo caben como eliminadores teóricos de pasado, como saneadores de conciencia, como aliviaderos de su peso y como proyectores de evitación de futuras cargas morales por actos análogos a los ya realizados: aprendizaje.


      Mad World,Michael Andrews & Gary Jules

5 Comments:

Blogger ybris dijo...

La realidad puede ser decepcionante, pero es sencilla una vez que ha sucedido.
Cambiar la realidad no es anularla ni imaginarla sino repetirla de otra forma.
Quizás algunos no tengamos otra opción de vivir que hacernos una realidad a la medida de nuestras propias fuerzas o deseos.
O de elegir una entre innumerables opciones.

Abrazos

(Preciosa música también hoy la tuya)

19/8/07, 5:58  
Blogger Chalá perdía dijo...

Tristemente cierto y magistralmente escrito...Así es, hasta la decisión que tomamos contradiciento la natural dirección que supuestamente habría de tomar una nueva rama en el árbol de nuestro destino, es sólo un aleteo más de la mariposa.

19/8/07, 10:46  
Blogger Leuma dijo...

- Con melancolía aumenta la capacidad de análisis crítico, pero éste suele estar sesgado en el ánimo,
- No creo que todo en la vida sean casualidades
- La vida no siempre es irresoluble, de hecho, en numerosas ocasiones buscamos soluciones que funcionan
- Sí estoy de acuerdo en cuanto a lo expresado respecto a la pregunta ¿Si hubiera hecho esto?, ciertamente la utilidad del pasado es el aprendizaje para el futuro, el resto es nada.

Te expresas mejor que la teoría del caos, :), un beso

19/8/07, 14:46  
Blogger Arya dijo...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

19/8/07, 17:19  
Blogger Ana di Zacco dijo...

No ha mucho yo lo expresaba también así, con árboles y ramas. Sea como sea, todo son metáforas porque algunos tenemos el intenso vicio de metaforizarlo todo.
Y sí, se supone que hay que aprender, pero hay que contar también con otra fuerza contraria: la que nos atrae cual imán a la repetición (dos veces -y tres y veinte- la misma piedra). Ahí está el quid, diría yo, en la piedrecita. La teoría está muy bien pero la práctica es otro cantar.
Animo, you can do it :)

19/8/07, 23:05  

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