sábado, junio 30, 2007

Estaba equivocado: experimento dos

Siempre pensé que esto del blog debería ser como publicar un libro: uno suelta lastre y no espera respuesta, con la ventaja de no tener que resultar comercial para que alguien edite lo que uno escribe. Pero estaba equivocado.

Casi sin darme cuenta lo que leo de vosotros me alimenta, me conmueve, me clarifica. E igual sucede con los comentarios que hacéis a mis escritos que, cuando menos, son una muestra de apoyo para con un semejante: “Homo sum, humani nihil a me alienum puto”, sentencia de Publio Terencio que usé como título de un poema hace tiempo.

Quizás la primera célula de esta conclusión surgió de un comentario que le hice a Escéptico cuando seleccionó mi blog para el Thinking Blogger Award. Yo le contesté que debía declinar su invitación porque no creía en premios y justificaba mi posición diciendo: “Para mí es suficiente poder leeros a vosotros y que algunos me leáis: mejor la simbiosis que los premios.”
Y la palabra clave era “simbiosis”.

También hace un tiempo realicé el experimento de recoger y fusionar algunos de mis comentarios a vuestras publicaciones que, como catalizadores, hicieron que consiguiera ordenar ideas dispersas que bullían en mí de una forma primitiva. Hoy repito el experimento con dos comentarios que hice hace poco: uno a Hipatia de Alejandría y otro a Natasha (Natinat).


Raza

Hay seres que llevan el estigma de su tierra en la mirada, que de tanto convivir con lo sencillo acaban siendo parcos en sus necesidades emocionales: yo amé a una mujer cactus y ella me amaba con locura, según decía. Llevaba el estigma de la Sierra de Alcaráz mezclado con la meseta albaceteña dando lugar a una sobriedad emocional exasperante. “Te amo, pero puedo vivir sin ti y voy a vivir sin ti”, me dijo. Y cumplió su palabra frente a mi desesperación.

Aún se me aparecen sus ojos marrones y su pelo azabachado, su tacto y su melancolía profunda de refugiado. Seres depredadores de sentimientos; toda una raza.


Metástasis

De las todas las realidades posibles, me quedo con las imposibles, pero, ¡ah, eso no es posible! porque no existen realidades imposibles, sólo improbables, de ahí el efecto túnel.

Y bien sé que los sucesos improbables que nos suceden forman los puntos de inflexión y los pilares de una vida.

Te he leído como el que se lee a sí mismo, como el que cede a otra consciencia su dolor para que lo escriban otras manos, viva en otra piel y llore en otras lágrimas.

Pero, por encima del dolor, sólo una tristeza: la hostilidad. La hostilidad tiene la cobarde virtud de distorsionar lo vivido. Es un acta de revisionismo que siempre denigra lo que nos hizo felices. Y todo para salvar un presente hiriente y un orgullo herido. No vale lo que cuesta y, aunque lo valiese, nunca debería formar parte del presente: envenenar los oasis es la forma de sucumbir en el desierto.



A ambas mi agradecimiento, no sólo por haber planteado unas narraciones de aislamiento y tristeza que me conmovieron, sino también por la amabilidad de sus respuestas.

Carz


      Iwan Gamus , Denez Prigent

5 Comments:

Blogger ybris dijo...

Ahora no te equivocas.
Hay simbiosis.
De ello todos nos enriquecemos.

Un abrazo.

30/6/07, 8:25  
Blogger Chalá perdía dijo...

Qué es escribir post, leer blogs, contestarlos...
Una emoción que va de la risa, al disfrute pasando por la terapia sin olvidar la emoción.
¿dije adornado con alguna lágrima?

30/6/07, 9:30  
Blogger Leuma dijo...

Parte del encanto de los blogs es esa retroalimentación, las opiniones de los demás aportando nuevos puntos de vista, lo que nos surge cuando los leemos a ellos,...sí, relación simbiótica y provechosa en ambas direcciones, si se sabe aprovechar, claro, :).

30/6/07, 11:41  
Blogger Naty dijo...

Simbiosis que nos une haciendonos una raza... Así vamos dejando metástasis por doquier (de alegrías, penas y silencios)... Que bien sabe todo eso cuando es compartido... Un enorme placer leerte y el intercambio... Hasta la próxima ;)

30/6/07, 15:37  
Blogger Hipatia dijo...

Carz, amigo mío, me he emocionado. Tengo que decirte -y confío en que no te duela- que tu casa "desde lo que llamáis nada" es un espejo en el que se mira mi alma. Considero la vida como una broma pesada; la responsable de esta sensación es esa lucidez que procede de la consciencia. Mi vida se rige por preguntas: no tengo certezas para andar por la vida.
Y en estas simbiosis he venido a corroborar que se puede y se debe vivir sin certezas (valga esta certeza como algo temporal), y sin tormento.
Gracias a tí, amigo y paisano.
Un fuerte abrazo desde la nave virtual.

1/7/07, 12:48  

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