De tu ausencia y el tiempo

Para An


De la vida y el tiempo
es difícil hablar por separado
Luis García Montero

Al llegar al borde de este día
afilado de ausencia sin tus manos
recurro al abrigo de los libros
junto al manto brumoso de la música.

Atrás, queda acechante la copa luminosa
que alimenta el sentimiento de ti al vaciarse.
Atrás
-aunque pegada a la parte interna de mi vientre-
queda la sensación de haberte penetrado
sin pudor, con avaricia, con la locura impertinente
que me otorgan mis neuronas si te sueño.

Atrás queda parte de la dicha.
Delante está todo el futuro.

Desde el otro lado

Hace días que no siento la necesidad de escribir: me siento contenido y dichoso; y agoto esa dicha en sí misma. Disfruto de estos momentos suaves y esféricos pretendiendo que discurran por una camino con vocación de completitud.

Y, para intentar valorar este estado, parto del recuerdo de otros tiempos. Y de sus enseñanzas.

Enseñanza

La poesía es enseñanza
para seres tullidos
para seres cegados
por cataratas opacas
es catarsis
de un dolor repetido
por generaciones continuas
de dolor repetido
de dolor repetido
de dolor repetido

La poesía es enseñanza
para todos nosotros

Un mismo título, pero distinta suerte

Las piedras transpiran
en cada uno de sus poros
océanos de historia:
Polvo de un mundo anestesiado
por siglos de apatía.

Tus ojos desprenden la energía
para engendrar en mi mente
la estructura
de una cinta de Möbius de universos(*).


(*)Como tú,
busco en el aroma de la rosa
el filo de todas sus espinas.

Cada despertar ...

... es el réquiem por un sueño.

Conjunción plenaria

Basta que alguien me piense
para ser un recuerdo
Comunión plenaria, O. Girondo

La conjunción plenaria
entre el amor y la dicha:
una promesa...

...en tu mirar de amada
sobre el lecho tendida.

Esferas

Mi esfera de belleza
tiene en ti su centro.

Fuerza insurgente

Una fuerza insurgente
me impulsa de nuevo a la cama:
te he soñado tan nítida,
mi amada,
tan dulce…

No me atrevo a escribir entre estas lágrimas finas.
Intentaré resistir
paseando hacia el sol
que se hiere en las cumbres.

Esperanza sedada

Tu nombre pesa sobre todas sus sílabas:
reparte su carga en cada una de ellas
como tirantes de una tela de araña
que envuelve con seda a la esperanza.

                                                                                    Y la devora.

Porque sueño, no lo estoy...

(Leólo)

Mi gran amor, mi único amor,
mi sólo amor…

Y el tiempo ha pasado
a cuchillo los recuerdos:
El gran libro de la memoria
emborronado por el alcohol,
desteñido por sudor de orgasmo,
fingido como el resto de mi pose
cuando, encima de ti,
te desollaba.

La sangre resbalaba entre tus piernas,
mezclada con la herencia de mis genes,
ejemplo didáctico y certero,
umbral quejumbroso de mi nada…

Pero si he de ser sincero a mi recuerdo
envidio al que ahora te devora
con tal de que seas como antes
cuando en un jergón me desalmabas
y tu boca paría mi esperanza.


¿Serás de nuevo la ramera deslumbrante
que incita al desapego de la vida?
Ojalá sí, ojalá lo fueras:
daría lo poco que me queda
porque hoy aceptaras mi dinero.

Medida del destino

¿Cuál será la función de estas horas
compuestas por miles de kilómetros?
¿Cuál la duración de esta distancia
que hoy tiene seiscientas setenta y dos horas?
¿Cuál el destino de estos
tres millones doscientos cincuenta y seis mil latidos?

Todo es justo por que tú eres su medida,
aunque necesito que también seas su destino.

Tarde

Tarde era mañana
tarde era nunca
nunca era tarde.

Eso fue en otro tiempo
en otra persona
con mi mismo nombre
con mi rostro más joven
con mucha más hambre
con menor desgana
tarde era nunca
nunca, mañana.