O ignis spiritus paracliti
Los símbolos no son nada
sin la conciencia que los descifra
TY
sin la conciencia que los descifra
TY
Reconfortante fuego del espíritu
que nos forja en mucho más que dos amantes,
que asienta en nuestro ser el aliento de la vida
y el hábito de amar con violencia y mansedumbre,
que amalgama la desesperación y la certeza
templando la afilada hoja virada en sable,
impídenos ceder ante el cansancio
que la soledad esparce a nuestro paso,
fortalece la cadena dichosa que nos une,
no permitas que se extinga esta hoguera en la que ardemos.
enviado por Carz 3:39 a. m.
9 Comments:
Inusual en un blog una cita de Hildegard von Bingen.
He pasado un buen rato navegando por ahí hasta ver fragmentos del poema y de la partitura original y oir una versión del Coro del Trinity College.
Pero al final, y en otro ámbito, totalmente de acuerdo contigo:
"Los símbolos no son nada sin la conciencia que los descifra"
Lo cual es válido para ese fuego del espíritu con minúscula que tanto hace por que no cedamos ante el cansancio.
Hay que guardar a toda costa el fuego de esa hoguera en la que ardemos.
O deberíamos arder.
Un abrazo.
Y en este caso ambos sabemos descifrarlos, entonces cabe que diga asì sea, cabe que diga que tambièn tengo mis plegarias que siempre terminan con un 'gracias a nos'.
Tremendo, tu poema ha sido caricia, quiero que lo sepas, veloz tendiendo la red en la libre caìda.
Gracias y besos, Carz, tremendos besos.
Ybris,
Hace unos años me interesé por la historia de los Cátaros y en aquel tiempo compré un cd de canto gregoriano y otro de canto mozárabe. Es una música que invita a la introspección, y esta invita a formular deseos. Escuchando o ignis spiritus comprendí cuáles eran mis deseos.
Quizás mi plegarias no han servido para evitar momentáneamente lo que temía, pero confío en que sólo sea un estado transitorio.
Un abrazo.
Uma,
A veces las plegarias no son escuchadas por el destino, otras veces sí.
Te agradezco tus palabras y que el poema te haya acariciado pues esa era su intención, la de abrazarte.
Gracias por tus besos, tu tienes los míos.
Carz; comenzar de nuevo....
Solicitar presto tal deseo, demuestra nuestro miedo a perder lo que poseemos, lo que nunca queremos dejar de tener. A lo que nos "asimos" con el ahínco del amor. Ese momento que hace arder la piel sin rozarla, cuando el cuerpo hierve de ansias...
De la música que has mencionado añadiría Tristesse, cualquier nocturno de Chopin, y Turandot para finalizar...
Una melodía para estas palabras "o mio bambino" cantada por Caballé, con una partitura que me permite mecer tus letras.
Olimpia.
cualkier forma de amar...es lo mismo al final del dia
Olimpia,
¿quién no tiene miedo a dejar de ser amado por quien ama?
El miedo y el condicionamiento deben ser cosas distintas, pero no disjuntas.
Y ese momento que hace arder la piel puede darse incluso sin haberse tocado nunca, puede darse simplemente por el hecho de intuir que puede darse. No sé si me explico.
Los nocturnos de Chopin son para mí todo un símbolo al que me gusta descifrar sin prisas. Ponle tú la música que prefieras.
Carz.
Vol de nuit,
No estoy de acuerdo en absoluto con tu afirmación. Uno a veces se sorprende de hasta dónde es posible amar y desear, y se sobrecoge con la implicación a todos los niveles a la que se ve sometido con otra persona. Aunque rara vez ocurre, eso es cierto.
Dijimos lo mismo...
"sin rozarla""ansias", yo..."sin haberla tocado nunca""intuir", tú.
nuestras palabras sólo han diferido en el tiempo. Te explicaste con la misma ternura que yo envié mis letras. Al menos, así las percibí.
templado.
Olimpia
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