miércoles, septiembre 06, 2006

ignoro el total, incluso los parciales




La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas. Poco a poco nos aprisiona la sintaxis, el diccionario, y aunque los mosquitos vuelen tocando la corneta, carecemos del coraje de llamarlos arcángeles.
Oliverio Girondo

un estroboscopio suena a xilofón
mientras un tranvía secciona una gangrena
en un mundo de locos para cuerdos
que pervierte el desorden de las cosas
en un orden caótico
narcótico
simbiótico
exótico
estrambótico
miope

reviertes en mí tu yo que nunca he sido
ni siquiera mi yo que nunca tuve
total para qué
si sabes de todos
los que soy
y todos los he sido
y hasta los que ignoro
que pueda ser en un futuro próximo

total para qué
repito y me repito
y sigo repitiendo
en un total a trozos
fragmentario y difuso

y total para qué
me sigo preguntado
y si no me lo dices
lo ignoraré siempre

4 Comments:

Blogger ybris dijo...

No hace mucho mi hijo se paró a ojear un poema de Oliverio Girondo que estaba leyendo y me dijo: "Este hombre está loco". Y yo le dije:"Seguramente sí, pero si un día llegas a disfrutar leyéndole te darás cuenta de que también es un genio".
Y es que la costumbre no debe hacernos olvidar que estamos, efectivamene, en un mundo que pervierte el desorden en un orden caótico.
Revertir en mí tu yo que nunca he sido
ni siquiera mi yo que nunca tuve...
Total, ¿para qué?

Formidable caos que nos devuelve al prístino desorden de las cosas.

Un abrazo.

7/9/06, 6:54  
Blogger indah dijo...

Con frecuencia -demasiada frecuencia- nos consideramos capaces de profetizar; me conoces, sabes que te diré la verdad: NO. No sabemos, es una idiotez que nos sirve para arrojar de nosotros lo que nos duele, lo que nos irrita. Ná, no es cierto. No. Nos sirve para culpar al otro. Y que se jo**, eso es lo que queremos realmente, que se fastidie, que le den morcillas, que sufra -añade lo que quieras-, al fin y al cabo -pensamos- lo merece: le hemos declarado culpable de nuestros propios errores.

Si alguna vez... bueno, si alguna vez detectas semejantes síntomas en mí, por favor, dímelo (aunque me mosquee: sé que, me conozco: lo pensaré).

Dios mío, llevo más de una hora leyendo a Quevedo... puff, me voy :)

7/9/06, 23:32  
Blogger Carz dijo...

Ybris,

Tus opiniones son especialmente importantes para mí. Te tengo en alta estima y en gran consideración a todos los niveles (y en contra de lo que dice el dicho, en este caso la alabanza no espera reciprocidad, ni esta explicación no pedida es una confesión manifiesta)
Cada vez estoy más convencido de que sólo lo absurdo puede parecer coherente, de que es necesario dudar de las promesas (aunque no de la buena fe con que se hicieron) dejar de pensar que la persona amada es una fortaleza y sabe de verdad lo que dice y lo que hace (pero esto último es especialmente difícil porque el amor suele incorporar admiración y resulta impropio dudar de quien se admira) y entonces releer a Girondo me lleva a darme cuenta de que es cierto: en un mundo absurdo, sólo razonando desde la locura puede encontrarse algo parecido a la felicidad.

Un abrazo.

8/9/06, 0:37  
Blogger Carz dijo...

indah,
Las profecías pueden cumplirse o no , de ahí su escaso valor. Si nunca se cumplieran aportarían informació.
En criptografía se conoce como secreto perfecto aquel que el conocimiento del criptograma no modifica la probabilidad a priori del texto claro, es decir no aporta información alguna sobre el texto claro.

Y claro, parece que comienza el curso, puffff.

Una abrazo y SUERTEEEEEEEEE.

8/9/06, 0:48  

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