jueves, julio 27, 2006

Radiación de fondo

Quizás tengas razón, quizás el silencio sea el camino, el único camino. Pero cómo duele, y a este dolor me refería cuando te dije muy al principio que asumiendo el dolor se gana libertad. Corrimos un alto riesgo, era muy probable que tuviésemos que sufrir como estamos sufriendo y aún así decidimos arriesgar y saber por fin de nuestras pieles, de nuestro calor, de nuestra saliva, de nosotros como seres predestinados a encontrarse y a dejarse huellas profundas mutuamente, profundas huellas que nos abrieron la puerta a otra realidad distinta de la que conocíamos por separado.

Aún así, tengo la amarga sensación de que no hemos sabido desprendernos completamente del miedo al dolor, creo que ha seguido estando entre nosotros como una radiación de fondo y que no nos ha permitido experimentar hasta el límite de qué éramos verdaderamente capaces juntos. Y es esta sensación la que hace que me plantee esta pregunta, que me inquieta y me hiere y me deja sumido en una incertidumbre angustiosa ¿de verdad nos dimos totalmente el uno al otro, o hemos intentado salvaguardar una parte de nuestras emociones por miedo al dolor de la probable ausencia?

Y a esta pregunta le sigue otra ¿qué hubiésemos llegado a experimentar si nos hubiésemos abierto plenamente nuestros corazones?

Mientras tanto el silencio permanece como un abismo entre nosotros.

1 Comments:

Blogger Isabel dijo...

Los miedos, las inseguridades, las dudas,la autoprotección contra el supuesto dolor, las murallas que construimos alrededor, los fantasmas que se van apoderando de las, antes,luminosas estancias del corazón, las resignaciones, la cobardía,la apatía, los para qué, las excusas que inventamos...
Acaban con el amor, pero también nos destruyen a nosotros mismos.
Quizás algún día,omuchas veces, nos encontremos frente al espejo de alicia y nos veamos tal y como somos y entonces tendremos que decidir si todavía estamos a tiempo de saltar al otro lado...
Un abrazo

25/9/08, 8:25  

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